miércoles, 14 de febrero de 2018

Mis poemas

Plegaria a la Madresiringa
Abandono y olvido (Óleo sobre tela-2010-11) 71x92 cm.

Madresiringa, ven a mí
Deja por un momento la selva
Y dame inspiración…

Ven, cruza montañas, mares y océanos
No te preocupes del siringuero
Cuando tu vuelvas
Él estará ahí
Como siempre
Y donde siempre:
En el rincón del olvido
De quienes ostentan el poder
Y se sirven de su voto.

Ven a mí, Madresiringa,
Quiero ser tu voz
Para gritar tus sentimientos
Tus rabias
Tus anhelos
Y tu resignación…
Pero no por eso, debemos callar

 Madresiringa, ven a mí
Con  patujuces en las manos
Con sicuris de collares
Con tucanes y caimanes
Con taitetú y tigre
Con huasos y sereres.

 (poema escrito en 2012)

Madresiringa o madre de la siringa, mujer mística de la selva, de los siringales (el árbol del caucho recibe el nombre de Siringa en el noroeste boliviano, donde se explotó hasta los años 80 por la caída de los precios de este producto en el mercado internacional).
Se dice que era una mujer bella, amazónica, que enamoraba a determinados siringueros, los hacía sus amantes y les proporcionaba mejor producción de caucho, caza y protección, con el compromiso de que éste cuidara la selva, no abusase de la naturaleza, ni del árbol del caucho por la avaricia de ganar mas dinero sobreexplotando su producción de látex.
El castigo que proporcionaba al amante avaricioso era el de la muerte, envolviéndolo completamente de látex, como una momia, sin ninguna excusa, era implacable.

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