sábado, 19 de junio de 2010

POESIA PANDINA: Selva Estrada*




Selva Estrada es el pseudónimo conque la Lic. Leny Nataly de Miahuchi, firma sus poesias de marcado carácter festivo, amazónico, reinvicativo y costumbrista. La autora de estas poesias es una reputada profesora de Literatura y maestra de una camada de generacion de estudiantes pandinos que pisaron las aulas del Colegio Dr. Antonio Vaca Diez de Cobija. Actualmente está jubilada y prepara la edición de un compendio de biografias de Pandinos Ilustres.





SIRINGUERO PANDINO

*Selva Estrada


Soy el siringuero de la amazonía

de caucho y almendras en flor

soy hermano del totaí

de la paca y del surubí.



Soy Pando de selva y agua,

tierno como el sayubú

compadre del palo santo

valiente como el taitetú.



Soy soldado de la gesta de Bahía

con cuchilla y machete envainao

castañero de la amazonía

poronga, yamachi y jochi pintao.



Tengo cinturones de plata

con cascabeles de rios y cachuelas;

flora y fauna de selva escarlata

y mujeres amazonas muy bellas.



Soy fuerte como el siringo

pegao a esta tierra mía

y se defenderme solingo

como el tigre en la amazonía.



Aquí nadie se haga el tiluchi

porque siempres saldrá fregao

pues no conozco mejor cantar

que vivir siempre hermanao.




CANTO AL TAHUAMANU

*Selva Estrada



Cuando el mundo se abría en mi pupila,

de pie el Tahuamanu me miraba,

y sentí que el gigante me hablaba

de canoas, del Cocama, del surubi,

del pescador y del siringuero.



Envuelto en las caricias del parto feliz,

vibrante festejaba mi llegada el asaí;

y en follajes mágicos de sol y de viento

la palma real, los castañales y siringales,

se entrelazaron en mi alma de estirpe amazónica.



Al golpe armonioso de cuchillas y machetes

moldeaste mi ser con ardientes pasiones,

vestido de pobrezas, riquezas y esperanzas

crecí con la música de la selva misteriosa,

en mi glorioso pueblo de epopeyas y canciones.



Tus aguas turbulentas agitan la gesta del Bahía,

las hazañas de la gloriosa Columna Porvenir,

la flecha incendiaria que rasgó el cielo de la amazonía,

las victorias del señor de la cuchilla y la poronga,

del indómito siringuero de la tierra mía.



Se de tu pasado heroico de libertad,

de tus amaneceres de sangre y de fuego,

de tus sueños…tus batallas…tus tiranos,

y en la intimidad del acero de mi pecho

juré defenderte con espuelas de hierro.



Tus playas invictas de arenas candentes

en turbiones imbricados de amor y de tierra,

ostentan el emblema blanco y verde,

símbolo autonómico de mi identidad,

en simbiosis salvaje de hombres, de selva y de agua.



Tahuamanu vos sos mi canto en mi silencio,

lluvia en mi desierto, camino en mi dolor;

sos el corcel de luchas triunfales,

el viajero que pasa y siempre se queda

prendido en mi corazón de barrancos en flor.



Los hechizos de tu majestuoso caudal

regalan vida cuando recibís muerte;

das paz cuando te exportan guerra,

Tahuamanu sos el jinete de mi almaa que pasa y pasa

besando enamorado a mi querido Porvenir.





QUINTETO AL 11 DE SEPTIEMBRE

*Selva Estrada



Los árboles milenarios de Porvenir,

son mudos testigos de trajines oscuros,

que madrugando al tunchi y al tapir

rasgaron el alba de un sol puro,

un 11 de septiembre que nacía negro y duro.



El tiempo cual brioso caballo avanza,

madrugando zanjas pa frenar la muerte,

camiones repletos de gente sin tardanza

enfrentan poderes de calibre muy fuerte

mientras la muerte asediaba en lontananza.



La aurora de colores rompió la amazonía,

la muerte en Tres Barracas resplandeció

como en mi pecho de pronto la alegría;

el dolor y hasta el odio desvariado ardió

y el fuego fraticida incendió la tierra mía.



¡Escuchen…escuchen…tiros, mas tiros,

se están matando nuestros hermanos!



Comenzó la hoguera en medio del gentío

tiros, más tiros¸ muertos, más muertos

el cruel dolor turbado corría en el puerto

y los carros flamígeros, agazapados por el río,

vomitaban balas asesinas formando desiertos.



El monstruo de Porvenir en sus dos poderosas cabezas,

masculló la guerra y la armó con destreza,

dizqué por un Pando chalinga y primaveral

empujados los hermanos sembraron tristezas,

abortando un septiembre negro infernal.



El dolor herido por el Tahuamanu flotó,

la pena, el luto y la aflicción se hicieron carne,

la sangre del paisano en raudales afloró,

entonces, en Porvenir fue incendio que arde,

valeroso pueblo que armonía siempre buscó.

¡Escuchen…escuchen…tiros, más tiros,

se están matando nuestros hermanos!

Con una cabeza quedó el monstruo en mi tierra,

apresando, hostigando y contrabandeando,

dizqué por soberanía trajo gente de la sierra

pa echar al castañero, señor del machete, que peleando

como tigres amazónicos, al invasor siempre destierra.



La pulseta mutiló la paz en la floresta,

los poderes ciegos pugnando sin tino,

apuñalaron por la espalda en esta horrible gesta,

la pujante unidad del pueblo pandino

que recogimos pa retejerla con hilos divinos.



Absortos enterramos muertos y masacre

en nuestra memoria y nuestros corazones

para que hermanados vivamos en el Acre

cantando a nuestro pueblo inmortales sones

de libertad, de amor y pletóricos dones.
Cuadro: Defumador del siringuero, de Hector Hidalgo Lliulle, pintor boliviano

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